jueves, mayo 24, 2007

PARA LIÉBANO SÁENZ, NO HAY VINCULACIÓN DEL CRÍMEN DE COLOSIO CON LA LUCHA POLÍTICA DEL 94

*EL EX SRIO. PARTICULAR DE ZEDILLO, AFIRMO “NO EXISTIÓ CONEXIÓN DEL CRÍMEN DE COLOSIO Y LOS DEMÁS DE 1994”
*EL EX FUNCIONARIO ZEDILLISTA, QUISIERA QUE NO SE RECORDARA A COLOSIO. “SE ENFERMA A LA SOCIEDAD”, DICE
*LAS PREGUNTAS PARA ESCLARECER EL MAGNICIDIO, NO ENCONTRARON RESPUESTA DEL HÁBIL LIÉBANO SÁENZ
*ASEGURA QUE NUNCA HUBO UNA CAMPAÑA CONTRA COLOSIO. NO FALTARON RECURSOS, YO ERA RESPONSABLE DE LOS MEDIOS
*DIJO QUE EL DISCURSO DE COLOSIO, NO DEBE HABERLE GUSTADO A SALINAS, PERO NO FUE DE RUPTURA
Por Eduardo Herrera Pérez
Con motivo del 13 aniversario del nefasto crimen del candidato presidencial del PRI, Luis Donaldo Colosio Murrieta, fue entrevistado por Carmen Aristegui, de la CNN, el Lic. Liébano Sáenz, quien fue secretario particular del presidente Zedillo, que entró de relevo en lugar del sacrificado, se le preguntó que como recordaba el contexto en que fue asesinado el abanderado priísta Luis Donaldo:
Respondió, “eso nos tiene que llevar a analizar 1994”, año que calificó de horrible en la historia de México, “porque desde 1913, no teníamos los mexicanos un año como ese, y no tenemos en nuestra generación, otro año que haya presentado las tragedias que se dieron en ese año”. Añadió en su análisis global:
“Empezábamos el primero de enero, con la aparición de una guerrilla en Chiapas. Hoy se dice fácil, pero en aquellos días no, porque no estábamos acostumbrados a eso, los mexicanos presumíamos de nuestra estabilidad. Luego, el 23 de marzo viene el asesinato de Luis Donaldo y hubiéramos querido que nunca se diera y que era lo último que iba a suceder, y siguieron sucediendo muchas cosas”.
Continuó su el relato del ex funcionario zedillista:
“El contexto de Tijuana, era de alegría, por el júbilo de la gente de Lomas Taurinas, donde lo estaban esperando, porque no se había relevado que estaría ahí hasta ese día. En ese marco, en el gobierno de Salinas, se asesinó a un Cardenal, a un candidato presidencial, a quien era secretario general del PRI y ex cuñado del presidente de la república y la irrupción de un movimiento armado”.
Lo interrumpió Aristeguí: ¿Hubo conexión de algún tipo en esos acontecimientos?
Contestó Liébano Sáenz, rotundo:
“Yo creo que no, el primero de los acontecimientos fue la muerte del cardenal Posadas, eso fue el año anterior, pero estábamos sufriendo la muerte de un príncipe de la Iglesia en un país católico, donde hay veneración por una figura tan importante, un hombre que podía haber sido el pontífice de la Iglesia Católica, y luego la forma como se había dado la sucesión o designación del candidato presidencial.
“Había cosas muy buenas, porque el modelo de 30 años cambió y es que el candidato provenía del partido, tenía trayectoria parlamentaria y teníamos al mismo tiempo uno de los precandidatos, revelado contra ese método: Manuel Camacho Solís, y luego el día primero del año 1994, cuando íbamos a formar parte del primer mundo, cuando íbamos a probar que México ya era un país rico, surgió un líder en el sur del país, con un movimiento armado que hizo aflorar precisamente lo que presumíamos como sistema: la injusticia social.
“Cuando se intentaba dar a conocer a nosotros los mexicanos y al mundo, lo que habíamos terminado de construir como sociedad,
y luego, el dirigente de este movimiento, un individuo carismático, genial para manejar los medios y con un planteamiento muy atractivo para la prensa internacional y la nacional”.
¿Tu dices que no hay conexión entre los hechos que conmovieron al país, pero cómo recuerdas el asesinato de Colosio?.
Contestó el entrevistado así:
“Mira, yo no vinculo la muerte de Luis Donaldo, con la lucha política”.
¿No fue un asesinato político?, se interrogó a Liébano Sáenz, respondiendo.
“Es político, en la medida que el hombre que murió era candidato presidencial”.
¿La fuerza asesina no fue impulsada desde algún lugar de la política?, se le interrogó, contestando:
“Tengo la impresión, aunque no conocemos la averiguación, porque la ley establece que son confidenciales. Por el informe que dio la procuraduría, puedo concluir, que nadie aportó un elemento que acredite eso. Muchos, utilizando la libertad que otorgan las leyes para expresarse libremente, declararon a los medios muchas cosas, pero ante la autoridad ministerial, nunca lo hicieron como lo dijeron a la prensa, entonces, ahí no hay evidencia, por lo que hemos leído, de que haya habido detrás de esto una intención política”.
-Se le recordó, que según él, las personas que hicieron declaraciones a los medios, alimentaban la idea de que fue un asesinato político. Esa es una realidad, de acuerdo al informe que dio a conocer la procuraduría. ¿Qué pasó entonces?, fue una pregunta obligada, respondiendo sin precisión a otra pregunta directa:
“Yo pienso que es muy seductor y atractivo aprovecharse de la libertad de expresión”.
-Para ti, la existencia de un asesino solitario llamado Mario Aburto, es la tesis con la que resuelves el tema, se le preguntó a Liébano, que contestó utilizando conceptos que mueven a pensar que ante la muerte muchos se vuelven reflexivos por el tono de su voz:
“Yo lo resolví el tema en el momento que fui al funeral de Luis Donaldo, me di cuenta que tenía un compromiso con mis hijos y con los hijos de Colosio y los jóvenes de México.
“Yo no soy ministerio público, es muy doloroso, y ese es el tema, la pérdida de ese valioso mexicano”.
-Volvió a la carga la periodista, al decirle, bueno también es importante saber quién lo mató.-
Otra evasiva de alguien que conocía en primera fila lo acontecido:
“Sí, pero esa es tarea que les corresponde a las autoridades y a las instituciones que se crearon para ese efecto”.
-Se le hizo notar, que el entorno cercano de Colosio, se había expresado de diferentes maneras e incluso se sabe que te reclamaron a ti por esa posición tan ascéptica, se le replicó. Titubeo, el ex secretario particular del presidente Zedillo, para decir que la tentación de caer en la frivolidad, no la puede tener un abogado, “tampoco como amigo de Luis Donaldo. La forma de rendirle homenaje, es precisamente, ser como él era, un hombre de una gran rectitud y congruencia”.
-Otras preguntas directas de Aristeguí, que se perdieron en el vacío: -¿Para ti el asesino es Mario Aburto?.
Contestó: “Es lo único que conocemos”.
Recalcó la entrevistadora, en su afán de esclarecer los hechos, pero todo fue inútil: ¿No tuvo motivaciones políticas, un asesino solitario. ¿Un loco?, fue otra pregunta.
Así respondió Liébano, midiendo sus palabras:
“Yo pienso, que una persona, que toma la decisión de quitarle la vida a otro, es una persona que no está en sus cabales, y de la lectura de los informes se sabe que Aburto es inteligente, pero han pasado los años y no tenemos ninguna evidencia de que sea producto el crimen de alguna otra cosa. Ahí está y tampoco seria responsable que a trece años de distancia empezáramos otra vez a enfermar a la sociedad.
-Le aclaró la periodista, que no es un afán de enfermar a la sociedad, sino de conocer la historia y saber lo más posible-.
La atajó Liébano Sáenz, para decirle, “los abogados decimos, eso que hay ea verdad legal e verdad histórica, pero la verdad jurídica se sustenta en la verdad histórica y esa está en el expediente, y lo que existe ahí, no existe tampoco en el mundo. Nadie llevó un elemento, serio contundente y se agotaron todas las líneas de investigación y se hizo en una institución creada por los mexicanos para ese efecto, que tuvo varios fiscales que analizaron el asunto.
Agregó en clara defensa de su ex jefe:
“El primer día del gobierno del presidente Zedillo, mandó iniciativas para hacer una reforma del poder judicial (no lo dijo, pero sin duda se refería al momento en que Zedillo, ordenó borrar del mapa jurídico del país, a la Suprema Corte de Justicia de la Nación, jubilando a unos e indemnizando a otros ministros., para designar sustitutos que respaldaran su régimen, sin importar que durante un mes de su régimen, solamente hubiera dos poderes de la federación).
Argumentó la autoritaria decisión quien fue secretario particular de Zedillo, mintiendo porque aseguró que dio autonomía al ministerio público:
“Fue para darle autonomía al ministerio público. Autonomía técnica, y la tuvo, libertad para hacer una averiguación. El procurador general de la república, que además era un líder de la oposición, porque era líder de la bancada panista en la Cámara de Diputados, Antonio Lozano Gracia, quien con toda seriedad hizo su investigación y ahí está”.
-Se le puede decir a Liébano, que Lozano Gracia, nunca fue coordinador ni líder de la fracción parlamentaria panista, por tanto su afirmación es equivocada, seguro con el ánimo de sembrar confusión.
-Ante la cerrazón y clara postura de responder a planteamientos concretos, Aristeguí, preguntó el escurridizo ex funcionario de Los Pinos:
-¿A favor de la verdad histórica, qué hacer con los dichos, las informaciones que sembraron la duda de lo que pasó con la muerte de Colosio?. La hipótesis de que hubo una situación política, alimentada por la versión de que se dio un distanciamiento entre Carlos Salinas y el candidato Colosio?. ¿Qué hacemos con aquella famosa carta publicada por el diario Reforma, hace algunos años, donde Ernesto Zedillo, con quien tu colaboraste, conminaba a Colosio a establecer una especie de pacto político o reconciliación, con Carlos Salinas?. ¿Qué hacer con lo que dijeron algunos colosistas, sobre sus deudas y preocupaciones sobre la otra campaña de Manuel Camacho Solís?. ¿Qué se hace para la verdad histórica, de que había cosas raras en la campaña de Colosio, que se le habían cerrado algunos recursos publicitarios y propagandísticos para que la campaña despegara?. Todo este conjunto de cosas que han alimentado la idea de que se quitó del camino a Colosio, por el distanciamiento político con el entonces presidente de México-.
Así contestó el ex secretario particular de Zedillo:
“Bueno, Luis Donaldo, no hubiese sido candidato, así era el método, hay un libro que escribió Jorge Castañeda, donde dice como se escogían los candidatos en esa época. No habría sido candidato, si realmente estuviera distanciado de Salinas. Eso está clarísimo”.
De inmediato la periodista, le enmendó la plana, al ripostar el hábil ex cercano colaborador de Zedillo.
-Pero no estamos viendo cómo logró la candidatura, sino que pasó después-, la dijo la entrevistadora.
La pregunta era directa, pero Liébano, dio un giro a su contestación, para eludir la verdad histórica:
“Todas las campañas del mundo, se constituyen en un espacio para que los candidatos de todos los partidos digan, yo voy a hacer mejor las cosas que el que está. Eso es natural, de eso se tratan las campañas.
“Luis Donaldo, empieza a hacer campaña en un contexto en el que no esperábamos hubiera la irrupción de un movimiento armado muy atractivo, porque además se suspende la parte bélica los primeros días y yo advierto, que el presidente en turno, que era Salinas, no estaba cómodo con parte del discurso, pero tampoco era un intolerante.
“Yo era responsable de los medios y te puedo decir, como lo declaré ante el ministerio público: que nunca hubo una campaña contra la campaña. Al contrario, tuvimos todo el apoyo de quien podía darlo, dentro de los márgenes que la ley permitía”.
-Se le preguntó a Liábano Sáenz: ¿Le disgustó a Salinas, aquel discurso de Colosio, en el aniversario del PRI, como se ha dicho mil veces?.-
Contestó de esta manera;
“Déjame decirte, que no le debe haber gustado, pero sí lo leyó antes y no dijo nada. Fue un discurso, que tenía que ser critico como son los discursos de un candidato y date cuenta, que era el primer discurso que Luis Donaldo daba, después de haber sido registrado candidato presidencial. Es un discurso, que harto erróneamente han dicho que es
de ruptura con el régimen, pero si lo analizas y lo reeles, te das cuenta que lo que estaba diciendo: Vamos por más de lo que ya hemos logrado, seria muy ingrato con la historia y además mezquino, no reconocer, que en los cinco primeros años del gobierno de Carlos Salinas, hay grande avances de grandes reformas en las que Luis Donaldo estaba de acuerdo con ellas, porque él participó en muchas cosas”.
-Se le dijo a quien fue gente muy cercana del sustituto de Colosio: Al paso del tiempo, quedan muchas interrogantes. Creo que es un caso que deja dudas y suspicacias. ¿Es un caso cerrado?
Respondió con una información: “Esta en el archivo como un asunto que no va a dar más con lo que hay, se puede abrir en el momento que el ministerio público considere que hay elementos creíbles y suficientes para abrirlo, pero nadie ha aportado nada nuevo”.
-La periodista le expresó al ex funcionario, que a final de cuentas queda en el horizonte ese fantasma, de si hubo o no involucramiento político. Tu de apegas a la formalidad del ministerio público. ¿Te aventurarías a una reflexión distinta a la ministerial?
Respondió: “Yo creo, que nunca, ningún mexicano de bien, debe dar por terminado ese asunto. Tenemos que llegar a conocer lo que hay, pero hasta el momento, mi reflexión es que no nos enfermemos más con el tema, sigamos pidiendo justicia y la verdad, pero aportemos elementos para que pueda llegarse a un final distinto al que llegó el ministerio público”.

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